Otro debut con gol para Guillermo Burdisso
Guillermo Burdisso, debutó con la camiseta de Boca y convirtió el primer gol contra All Boys. Si a los números nos remitimos, el defensor, tiene el historial a su favor. En todos sus debuts (argentinos) hizo goles: en El Porvenir, Rosario Central y con Arsenal.
Burdisso es la última figura que sumó el equipo xeneize este año y su incorporación al plantel titular se llevó a cabo con rapidez a partir del desgarro que sufrió Matias Caruzzo ante Tigre, quien no jugará por tres semanas. Había muchas expectativas en el estreno oficial de Burdisso, no solo por la historia que tiene su apellido en el club, sino porque Boca luchó mucho por conseguirlo. Sin embargo, nada pareció afectarlo, en la primera que tocó convirtió y abrió el marcador. Boca le ganó a All Boys 3 – 1 con un gol suyo y dos de Silva.
El adiós de un grande
La caída de Boca en la final de la Copa Libertadores generó un duro golpe en el plantel que dirige Julio César Falcioni. Pero más allá del resultado (2-0 a favor del Corinthians), el mundo azul y oro se vio sacudido por una de las peores noticas de los últimos tiempos. Es que el capitán del equipo declaró, en el mismísimo Pacaembú, lo que millones de fanáticos querían evitar. En medio de una ronda de periodistas que aguardaban sus palabras, el capitán manejó el barco y confirmó lo que horas antes se rumoreaba desde las redes sociales y la prensa: «Me siento vacío y no tengo más nada para dar».
El único jugador que logró que lo llamaran «El 10», luego de Diego Armando Maradona, selló su último partido con la camiseta Xeneize. Aquel mago que hipnotizó a sus adversarios y emocionó a sus hinchas, dejó de ser jugador del Club Atlético Boca Juniors. Amado y odiado. «El último diez» estuvo en lo más alto del fútbol mundial y supo ser convocado a la selección argentina sin jugar en su club de turno (Villarreal). Ganador de 10 títulos con su institución. Gigante en las difíciles y un genio dentro y fuera de la cancha. Pocos futbolistas lograron capturar de tal manera a los amantes de este deporte en nuesto país.
Con la corriente en contra prometió un nuevo título y cumplió. Comandó el equipo que se coronó campeón en el Apertura 2011, firmando nuevos récords (Invicto, valla menos vencida y mayor diferencia entre el 1° y 2°). Lejos de querer voltear al hombre que lo quiso ver fuera del club años atrás, el ex Barcelona encaminó al Xeneize a una nueva final de Copa Libertadores y puso fin a su ciclo al termino de los 90 minutos en Brasil.
Aunque el Rolando Schiavi, Agustión Orion y hasta el mismísimo Daniel Angelici declararon que intentarán hacer lo imposible para que recapacite su decisión, todo parece sentenciar el cierre de una era. Una era llena de éxitos: La Intercontinental ante el Real Madrid, el caño a Yepes, los goles a River, las tres Libertadores, sus lágrimas ante el Bayern Munich y su pasión por Boca. Hoy se retira el 10 y «La Boca» está de luto. Hoy empieza a nacer la leyenda de Juan Román Riquelme, el último diez del fútbol argentino.
La brutal patada de Scotti a Juan Román Riquelme
Al uruguayo se le salió la cadena y le propinó una descalificadora patada al 10 Xeneize. ¿Cuántas fechas de suspensión le darías?
Boca derrotó 2-1 a la Unión Española con un gol agónico de Santiago Silva (al minuto 89). Román marcó el 1-0 y el empate transitorio lo hizo Sebastian Jaime.
Mirá la patada:
Un goleador peleado con el arco
Cuando Santiago Silva llegó a Boca generó expectativa en los hinchas, ya que llegaba uno de los mejores delanteros del fútbol sudamericano (eso es lo que había demostrado en su paso anterior en el torneo argentino). Pero su arribo, hasta el momento, está muy lejos de cumplir con dichas expectativas. El uruguayo todavía no marcó goles y los hinchas ya comienzan a desesperarse.
Nadie niega de las cualidades de Silva, pero ¿Cómo sobrevive un goleador a las críticas si está peleado con el arco? El hincha lo apoya, pero la interacción se torna cada vez más difícil debido a que el delantero no puede responderle al seguidor por el único canal que ambos entienden a la perfección, “El Gol”. El Pelado no puede calmar la ansiedad de ellos con la terapia adecuada que requiere la situación, “El Gol”. Es una palabra de tan solo tres letras, pero su significado es mucho más compuesto que ello. “El Gol” es lo más hermoso que puede suceder en un partido de fútbol; es eso que van a buscar todos los aquellos que asisten a un Estadio para presenciar un encuentro. “El Gol” es lo que el delantero Xeneize no puede encontrar y producto de ello se lo ve descargar su bronca acumulada con un grito histérico que roza la actuación.
Martín Palermo se retiró hace casi un año, pero aún el equipo sigue jugando para él. Los delanteros con características distintas a las de Martín lo sufren y por ello, primero a Viatri y ahora a Silva, les cuesta tanto introducir la pelota en la red. Nicolás Blandi, el jugador más parecido a Martín en el plantel, es quizás quien más rindió luego del retiro del “Loco”, pero no cuenta con demasiados minutos en el primer equipo.
El ojo crítico del periodismo comienza a hacerse la siguiente pregunta: ¿Silva fue un jugador inflado por los medios de prensa? La respuesta está automáticamente aquí: Cuatro partidos completos (360´) por campeonato y ningún gol; tres partidos completos por Copa Libertadores (270´) y tampoco marcó goles. Silva acumula 630 minutos en Boca y, aún, no marcó goles.
La pasión del hincha lo abala por su currículum, el sacrificio que el jugador muestra adentro de la cancha, pero ¿Hasta cuándo lo hará?, ¿Cuántas yerros bajo el arco como contra el partido frente a Independiente, le permitirá? Las respuestas se encontrarán con el correr del tiempo; si, Silva logra marcar en el próximo partido esta nota será sólo una anécdota sobre un “Goleador peleado con el arco”, pero si la sequía continúa, la anécdota, seguramente, será el paso de Santiago Silva por Boca.
Luis Alberto Spinetta, un genio con pasión futbolera
La noticia conmovió y llenó de dolor a mucha gente que lo admiraba. Luis Alberto Spinetta falleció ayer a la edad de 62 años. Respetado y considerado uno de los músicos más importantes del rock nacional. Genio e innovador, de increíble e inagotable talento. Desde ayer también, en el Olimpo musical junto a Pappo, Mercedes Sosa, Sandro y Miguel Abuelo entre muchos otros que hoy extrañamos.
Nació y se crió cerca del monumental, hincha de River desde chico, hasta tocó en recitales con la banda roja incluida. En una nota al diario Critica en 2008 decía: “Es indudable que nosotros pretendemos tener por lo menos diez años mejores que los que tuvo Boca Juniors. Ese es el ansia de todo Gallina. Y ahí morimos. El que no lo acepta es un necio que no se da cuenta del campañón de Boca en los últimos años. La misión del Gallina es romper eso y llegar a ser el club más ganador en títulos Internacionales. Es la aspiración de River».
Su muerte nos tomó por sorpresa aunque era sabida su enfermedad, la misma era publica pero muy privada a la vez, como debió haber sido desde todos los ángulos de la sociedad. Fue dada a conocer en diciembre por su hijo Dante en su cuenta en twitter.
Luego de conocida la noticia, el club del que era hincha también hizo eco de su muerte con un comunicado oficial en el que decía:
«Hoy los socios y simpatizantes nos sentimos conmovidos; hemos perdido a uno de los más grandes cantautores hispanoparlantes y a un queridísimo hincha de River.
El Flaco, tal como se lo conocía popularmente, nació en 1950 en el barrio de Belgrano, muy cerca del Estadio Monumental, y vivió su pasión riverplatense con orgullo y alegría, al tiempo que fue dejando una huella imborrable en la historia del rock nacional.
«El Presidente Daniel Alberto Passarella, la Comisión Directiva y los socios del Club Atlético River Plate despiden a este inmenso ícono de la música argentina y extienden un sentido abrazo a sus familiares.»
Padre de Dante, Catarina, Valentino, Vera y del rock nacional, su legado es imborrable y eterno. Alguna vez lo cantó Elvis, desde hoy lo repetiremos todos los que te vamos a extrañar: You were always on my mind.
Martín Palermo, Titán del gol y de la vida
Si hace 15 años cualquier hincha del fútbol argentino repasaba puesto por puesto, en su mente, su equipo preferido del torneo de la AFA a casi ninguno se le hubiese ocurrido elegir como centro delantero a Martín Palermo. Incluso si por aquellos días alguien lo revindicaba como buen delantero rápidamente recibía críticas y cargadas.
Con ese sello inició su carrera Palermo. Lento, raro para definir, descuidado en la estética del juego y algo de cabezazo. Lo que no estaba a la vista era su optimismo, su voluntad, su enorme espíritu deportivo, su condición atlética, su inteligencia. Y sobre todo sus ganas de mejorar siempre.
Eso debe haber detectado el cuerpo técnico de Boca Juniors cuando decidió incorporarlo en 1997. De allí a ser el más grande goleador de todos los tiempos de uno de los clubes más importantes del mundo hubo un largo camino. No vamos a narrarlo acá. Y no lo haremos porque es polpularmente conocido. Pero sobre todo porque él mismo lo hace. Con la colaboración del periodista Miguel Bossio “El Titán” Martín Palermo escribió su autobiografía.
Lo que sí vamos a hacer es recomendar que lean el libro, para reencontrarse con las anécdotas increíbles de una verdadera vida de película. La portada de la edición es todo un resumen, una demostración de lo que fue Palermo para los que disfrutamos del deporte: ese gol a Perú, tan gritado por todos los argentinos, ese festejo de guerrero invencible.
Giunta, un luchador dentro y fuera de la cancha
Por: Diego Flores
“Estoy preparado para dirigir a Boca”. Con mucha confianza en sí mismo, Blas Armando Giunta muestra que se siente capaz de sentarse en el banco de la Bombonera. Durante una charla telefónica, el actual técnico de Almirante Brown se muestra seguro y espontáneo ante cada pregunta, confiesa que le gustaría dirigir a Matías Almeyda porque es hincha del xeneize como él y que podría hacer que Martín Palermo y Juan Román Riquelme resuelvan sus diferencias.
¿Crees que se te haría fácil manejar el vestuario de un club de primera?
“Es mucho más difícil acá en el ascenso que en Primera y yo se que puedo dirigir tranquilamente cualquier equipo de Primera División, acá aprendí a pelear con muchas cosas que en la “A” te la sirven en bandeja”.
En el caso de Boca se habla mucho de los problemas internos y sobre todos de los de Juan Román Riquelme y Martín Palermo, ¿Pensas qué vas a poder manejar eso?
“Sí, hablaría con ellos dos, todos los referentes y desde el primer momento les aclararías las pautas de trabajo, cuando aclaras las cosas de frente después no hay problemas”.
¿Alguna vez te llamo algún dirigente de Boca?
«Hable una vez con Marcelo London, les dije que yo no tenía problemas y que cuando ellos crean que es mi momento me avisen y no reunimos, pero no fue nada muy profundo».
¿Como vez a los jugadores que están hoy en el plantel xeneize?
«Creo que son buenos y que se incorporó a los mejores del campeonato pasado, pero no están rindiendo porque uno los ve como jugaban en sus anteriores equipos y son todos cracks, pero la camiseta de Boca pesa 300 kilos.
Saliendo del mundo Boca, ¿Qué otro jugador de primera te gustaría dirigir?
“Como ya dije muchas veces me gustaría tener en mi plantel a Almeyda porque es hincha de Boca y yo soy su ídolo, en fin sería un lujo para los dos. También me encantaría tener a Ariel Ortega por lo que le dio al fútbol”.
La charla se va alejando de la pelota y se acerca a un tema personal que a pesar de que fue superado deja malos recuerdos. Hace cinco años su hija, Gisela de 22 años, sufrió una insuficiencia renal que obligó la operación de riñón, en el hospital Italiano. El órgano fue donado por Angie, su madre, pero a pesar de que todo salió bien hay heridas que no cierran en el ex volante de San Lorenzo de Almagro.
¿Te quedó alguna espina del mal momento que sufrió tu hija?
“No sé si una espina pero me paso algo muy feo. Fui a pedir ayuda a futbolistas Argentinos Agremiados (FAA) para ver si me dejaban anotarla como hija de ex futbolista. Me atendió Sergio Marchi pero me cerraron la puerta en la cara y me dijo que no podía hacer nada por mí. Pero uno meses mas tarde fui a jugar un partido a GEBA y me encontré con Jorge Domínguez, miembro de FAA, le conté lo que me paso y me aseguro que a Gisela no le iba a faltar nada, no le creí, pero por suerte esa vez me equivoque yo porque gracias a él y a Carlos Pandolfi a mi hija la atendieron maravillosamente. También me sirvió la ayuda de apoyo y de mis amigos, como por ejemplo Maradona, Riquelme, Mancuso estoy muy agradecido con ellos, me sirvió mucho su apoyo y el de tantos otros”.
Entonces, ¿no quedan resentimientos con nadie?
“Cada uno sabe lo que hizo, a mi lo único que me importa es que mi hija siga sonriendo”.
10 años atrás, Boca se proclamaba campeón del mundo
Por: Pablo Spezzano
La noche japonesa y la mañana argentina se mezclaban para vivir el mismo partido. Boca, campeón de América, se enfrentaba al poderoso Real Madrid, el mejor de Europa. Estrellas de un lado y del otro. 10 mil personas del Xeneize con una bandera gigante, contra un puñado de hinchas españoles. Los japoneses, confundidos por tanta pasión, sólo atinaban a sacar fotos.
El 28 de noviembre de 2000, el Estadio Olímpico de Tokio fue testigo del choque entre los dos mejores equipos del año. El conjunto de Carlos Bianchi salió a la cancha con Oscar Córdoba, Hugo Ibarra, Jorge Bermúdez, Christian Traverso, Aníbal Matellán; Sebastián Battaglia, Mauricio Serna, José Basualdo, Juan Román Riquelme; Marcelo Delgado y Martín Palermo. Mientras que Vicente Del Bosque dispuso de Iker Casillas; Geremi Nidjap, Fernando Hierro, Iván Campo, Roberto Carlos; Claude Makelele, Iván Helguera, Steve McManaman, José María Gutiérrez; Luis Figo y Raúl González. El partido tuvo un comienzo arrollador del equipo argentino. A los 3 minutos del primer tiempo ya se encontraba 1 a 0 arriba con gol de Martín Palermo. Mientras que los jugadores del club Merengue no podían asimilar el golpe que le había dado Boca, el cachetazo fue aún mayor cuando a los 5 y, tras un magnífico pase de Juan Román Riquelme, Palermo convertía el 2 a 0 para el delirio de todo su público. Sin embargo, no todo fue tan sencillo. Las subidas de Roberto Carlos complicaban a la defensa, hasta que un mal despeje de Ibarra provocó el descuento por un bombazo del brasileño.
El segundo tiempo el conjunto de la Ribera debió aguantar la arremetida rival, pero con la seguridad de un Riquelme inspiradísimo todo se fue solucionando. Finalmente, Boca terminó ganando a lo Boca y se proclamó como el Rey del mundo.